Calentamiento global…Sí, es un hecho innegable: los registros de datos climáticos proporcionan evidencia de indicadores clave del cambio climático, como el aumento de la temperatura global de la tierra y los océanos; aumento del nivel del mar; pérdida de hielo en los polos de la Tierra y en los glaciares de montaña; cambios de frecuencia y severidad en condiciones climáticas extremas como huracanes, olas de calor, incendios forestales, sequías, inundaciones y precipitaciones; y cambios en la cobertura de nubes y vegetación. La presencia de gases de efecto invernadero (GEI) que atrapan el calor en la atmósfera son los principales responsables de un cambio climático tan abrupto. Los refrigerantes HFC se encuentran entre los gases de efecto invernadero más contaminantes (por ejemplo, 1 kg de refrigerante R404a equivale a casi 4 toneladas de CO2 en términos de efectos de atrapamiento de calor), y las fugas de HFC son, en consecuencia, un peligro para nuestra atmósfera, nuestro clima y nuestro futuro. Entonces… ¿cómo está abordando Europa el problema de las fugas de HFC? Desde 2006, la Comisión Europea se ha pronunciado con la conocida regulación F-Gas, tratando de reducir las emisiones de F-Gas (gases fluorados) impulsando la reducción de fugas de HFC, prohibiciones de HFC y la infame reducción gradual de HFC. Así que hablemos del F-Gas.