Día Mundial de la Eficiencia Energética, ¿cómo incidimos desde AKO para conseguir optimizar la cadena del frío y disminuir el “food loss” y “food waste” a nivel global?
5, Marzo 2021. La ingeniería, como tantas otras técnicas, puede y debe colaborar en un desarrollo sostenible para nuestra sociedad. Para ello, avances tecnológicos como la cadena del frío y la automatización de procesos agrícolas están permitiendo, desde su invención, que cada vez se produzcan más alimentos con menos recursos energéticos y materiales. Con todo, la cadena del frío no es nunca perfecta lo que genera lo que se denomina “food loss” y “food waste”. Estos dos conceptos hacen referencia a los productos alimenticios que se desperdician en la parte de la producción y distribución (“food loss”) y aquellos que no se llegan a consumir por distintas causas ocasionadas en las fases de venda al por menor y en los puntos finales (“food waste”) que ocurren en las tiendas, supermercados, hoteles, restaurantes, en nuestros hogares…
En 2011 la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations) presentó un estudio en el que destacaba que hasta 1/3 de la producción mundial de comida se desperdiciaba cada año. Desde entonces, se han hecho grandes pasos para mejorar el problema, aunque éste sigue persistiendo. Es por ello que la Agenda para 2030 para un Desarrollo Sostenible refleja el aumento del interés y percepción sobre este problema y se propone reducir a la mitad el “food waste” para 2030, además de disminuir, en la medida de lo posible, el “food loss” en el resto de la cadena de suministro.
Se han propuesto dos nuevos indicadores the Food Loss Index (FLI) and the Food Waste Index (FWI)
Su uso ya indica que, por ejemplo, el 14% de la producción alimentaria se pierde en las fases que se encuentran entre post-harvest (después de cosecha) hasta llegar la venda al por menor (retail), es decir son “food losses”.
Por otro lado, el “food waste” es causado fundamentalmente por tres causas:
- La eliminación de producto fresco que no se considera óptimo al ofrecer colores, formas y tamaños no aceptables para su venta y consumo.
- La eliminación de producto que está cerca del fin de su vida útil y/o que ha perdido propiedades de color y frescura a causa de una insuficiente calidad de la cadena del frío.
- Los alimentos que no llegan a utilizarse y que se deterioran en los puntos finales de consumo, fundamentalmente en los restaurantes y nuestros hogares.
En estos días en los que celebramos los días mundiales de la Ingeniería para el desarrollo sostenible y la Eficiencia Energética, desde AKO queremos explicar cómo una de nuestras soluciones permite optimizar la gestión de la cadena del frío y con ello minimizar el desperdicio de alimentos.
El monitor de temperatura y humedad AKODATA es un registrador de temperatura y humedad relativa conectado a la nube con tecnología NB IoT, es decir, de modo inalámbrico. Su conectividad y reducido tamaño le permite monitorizar no solamente la calidad del frío en los puntos de almacenamiento post-harvest (granjas, explotaciones agrícolas) y venta al por menor (supermercados) sino que también permite monitorizar los trayectos de los productos refrigerados durante su producción, distribución y “última milla” (la última etapa de su transporte).
En relación a la monitorización de transportes refrigerados, en AKO estamos llevando a cabo un proyecto con la Aliments Onyar, https://es.alimentsonyar.org/ especializados en la elaboración de pasta fresca, pizzas frescas, salsas y patés vegetales, entre otras conservas, utilizando alimentos de proximidad y de máxima calidad que provienen de la agricultura ecológica. Concretamente el uso de AKODATA está permitiendo medir la pérdida de vida útil de los alimentos durante las rutas logísticas para su distribución.
Por ejemplo, las figuras muestran la monitorización por AKODATA de una incidencia de 4 horas sin refrigeración durante el transporte de tres productos alimenticios distintos (manzanas, calabazas y bananas), transporte diseñado a 2ºC de temperatura. Los indicadores de pérdida de vida útil muestran que durante el día de la incidencia los 3 productos aceleraron su pérdida de vida útil en distintas cantidades (un equivalente de 7 días para manzanas y bananas, solamente 2 días para calabazas).
Todos los productos pues, tuvieron una pérdida de vida útil asumible, por lo que fueron perfectamente conservados después de la incidencia, evitando así convertirse en “food losses” tal y como habría pasado sin el sistema de cálculo de pérdida de vida útil que aporta AKODATA.
Uno de nuestros principales objetivos en AKO es nuestra aportación con soluciones eficientes y sostenibles para conseguir menores incidencias de “food loss” y “food waste”, que lleven a un uso más eficiente de los frutos de la tierra, así como el agua, con un impacto positivo sobre los problemas de orden mundial que estamos sufriendo, como la alimentación de familias y el cambio climático de nuestro planeta.